Johnny Solinger, el ex cantante del grupo de heavy metal Skid Row, ha muerto este sábado a los 55 años de edad a causa de una insuficiencia hepática, tal y como anunció la propia banda.
«Nos entristece escuchar la noticia la muerte de nuestro hermano Johnny Solinger. Nuestros pensamientos están con su familia, amigos y fans. Buena suerte, Singo. Saluda a Scrappy de nuestra parte», escribió la banda en un mensaje en Instagram.
Solinger abrió una cuenta de mecenazgo en GoFundMe el mes pasado para ayudar a pagar sus tratamientos. Escribió: «Es con gran pesar que debo hacer saber a todos lo que está pasando conmigo y mi salud. Estuve hospitalizado durante el último mes. Me han diagnosticado insuficiencia hepática. Y el pronóstico no es tan bueno. Como ocurre con la mayoría de los músicos, no tengo seguro médico y es muy difícil obtener la atención adecuada sin él».
Skid Row tuvo un gran éxito a finales de los 80 y 90 con sus dos primeros álbumes: Skid Row y Slave To The Grind. Sus mayores éxitos, Youth Gone Wild y 18 and Life vendieron juntos 20 millones de álbumes.
Solinger se convirtió en miembro de Skid Row en 1999, reemplazando a Sebastian Bach. Se quedó hasta 2015 cuando fue reemplazado por el excantante de TNT Tony Harnell.
Participó en varios álbumes de Skid Row, incluido Thickskin, Revolutions Per Minute, United World Rebellion y Rise Of The Damnation Army. A Solinger le sobrevive su esposa, Paula Marcenaro Solinger.
Albert Álvarez, concursante de Supervivientes en la edición de 2019, ha confesado que el reality está limitado por la organización y que de supervivencia tiene poco… o nada.
En una confesión a su compañera en la casa de Sol@, donde participa en la actualidad, ha reconocido que le gustaría hacer una experiencia de supervivencia «de verdad», ya que considera que la que le proporcionó el reality hace dos años era «a medias».
«Era supervivencia limitada, convivencia complicada», ha criticado ante la incredulidad de Danna, su compañera del actual concurso.
El exconcursante ha revelado que los participantes «no tienen material» para construirse cabañas u objetos que les puedan servir para sobrevivir.
Durante todas las ediciones, los concursantes se reparten las tareas de forma equitativa: pescar, cocinar, vigilar el fuego o recoger la leña son algunas de ellas.
Sin embargo, Albert ha provocado que la imagen de estas hazañas se caiga por completo para los telespectadores. «La leña te la traen ellos (la organización). Todo está protegido. Si tú cortas algo son 3.000 euros de multa», aseguró.
Albert quedó en segunda posición en su edición, en la que finalmente ganó el cantante Omar Montes.
El Congreso de los Diputados llevó a cabo el domingo un homenaje a las víctimas del terrorismo, aunque muchas de ellas no han estado presentes. Por undécimo año consecutivo, la Cámara Baja aprovechó el Día de las Víctimas del Terrorismo para celebrar un acto que ha roto la unidad de acción de las asociaciones que las representan: algunas asisten y otras muchas, no. Entres los grupos políticos destaca la ausencia de Vox, mientras que Bildu asistió por tercer año.
«No vamos porque el Gobierno ha traspasado unas líneas rojas que nos impiden asistir», explicó Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), la más representativa. En su caso, es el segundo año en el que deciden no ir. Esta vez tienen, dice, «más motivos que el año pasado». En una conversación telefónica con 20Minutos, Araluce asegura que el Ejecutivo de Pedro Sánchez «le está dando más relevancia a los terroristas que a las víctimas» y cita la «derogación de facto» de la política de dispersión de presos de ETA que, a su juicio, está llevando a cabo el Ejecutivo. Es más, recuerda que hace días el Gobierno dio luz verde al acercamiento de otros cuatro presos: uno con delitos de sangre y, el resto, condenados por pertenencia a banda terrorista, tenencia de armas e incluso por colocar un artefacto en la sede del Partido Socialista de Euskadi en 2007. Según los cálculos de la asociación, tan solo faltarían cinco miembros de la banda terrorista por ser acercados al País Vasco, que asumirá la gestión de las prisiones en octubre.
Araluce también cita como motivo para no asistir el «protagonismo político» que, dice, el Gobierno le ha dado a Bildu, a los que considera «los herederos del brazo político de ETA». «Seguimos manteniendo que Bildu, con la ley de partidos en la mano, es un partido ilegal», añade la presidenta, que anuncia que harán su propio homenaje a las afueras del Congreso como ya hicieron el pasado año. «El corazón de la mayor parte de los que estamos aquí está fuera, con ellos», dijo entonces desde la tribuna del Congreso Ángeles Pedraza, vicepresidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT), que agrupa a todas las asociaciones y que volverá a participar este año.
«Tenemos que tener en cuenta nuestro papel institucional», resalta a 20Minutos Rafa González, portavoz de la FVT. Por parte de la fundación, este año participará el presidente, Tomás Caballero. Preguntado por la diferencia de acción de otras asociaciones, González destaca que la suya no ha faltado nunca y rechaza hacer «consideraciones o valoraciones» sobre la decisión de otras asociaciones.
«Nosotros No Hacemos Política»
La otra gran ausencia del acto la protagonizó Covite. Eso sí, su falta no es una novedad, pues no ha acudido a ningún homenaje desde que en 2010 los instaurara el 27 de junio de cada año en memoria de Begoña Urroz, una bebé asesinada con 22 meses en 1960 por una bomba colocada en la estación de ferrocarril de Amara (Guipúzcoa). «Nuestra trayectoria y coherencia son intachables», dice con orgullo su presidenta, Consuelo Ordóñez, que se diferencia de las otras asociaciones. A la AVT, por ejemplo, le acusa de «hacer política» porque «ha dejado de ir a esos actos desde que no está el PP». Además, Ordóñez rechaza que su decisión de no ir se deba a la política penitenciaria del Gobierno, con la que está de acuerdo, pese a la oposición de la AVT o Dignidad y Justicia (DyJ). Es más, el presidente de DyJ, Daniel Portero, ha conseguido que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) le diese la razón y haya obligado a Interior a enviar los expedientes de dos acercamientos. «La política penitenciaria de Mariano Rajoy fue continuar con la que hizo José Luis Rodríguez Zapatero y es la que está haciendo ahora Pedro Sánchez», remarca la presidenta, que añade que les da igual dónde cumplan condena mientras se arrepientan. «Les prefiero reinsertados y arrepentidos», argumenta.
Su ausencia, pues, se debe al papel de Bildu, una tesis en el que también menta a Zapatero por legalizar a Bildu, decisión que fue ratificada por el Tribunal Constitucional, y a Rajoy, por hacer lo propio con Sortu. «No podemos estar en un acto de homenaje a las víctimas en el Congreso sabiendo que hay un partido que sigue justificando los atentados contra nuestros familiares», declara.
Quien sí acudió fue la Asociación 11-M, tal y como lo confirma su presidente, Eulogio Paz, a este diario. Añaden fuentes de la asociación que además en octubre de este año se cumplirá una década sin que ETA mate y piden no defender el argumento que dice que «lo que no han conseguido matando, no lo van a conseguir ahora».
PP Y Vox Se Desmarcan
Al igual que la AVT, los diputados de PP y Vox se acercaron a las afueras del Congreso pero no entraron al hemiciclo, donde tuvo lugar el acto, en el que el estudiante del Real Conservatorio de Música de Madrid José Eduardo Guerra Viana interpretó el Segundo Movimiento del Concierto de Mozart. Por parte de Ciudadanos, sí asistió Edmundo Bal, portavoz parlamentario.
Cuando empezó la pandemia de coronavirus, uno de los objetivos claros era alcanzar cuando antes la llamada inmunidad de grupo, es decir, que hubiera suficientes personas inmunes, bien sea por haber pasado la Covid y por ser vacunada, para frenar la transmisión. Pero puede ser una utopía.
Así lo cree el infectólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Alejandro Macías, que fue entrevistado por la CNN acerca de las nuevas variantes del coronavirus.
«Las variantes van a seguir apareciendo y las que se transmitan con más faciliadad van a sustituir a las locales», dijo Macías. «En EE UU la variante delta representaba entre el 3% y el 5%, pero en menos de cuatro semanas es ya el 20%, Va a haber un crecimiento logarítmico», señaló el experto.
«Aunque haya menos casos, los que haya serán de esta variante (delta)», dijo Macías. «La India es un verdadero laboratorio de variantes, y es donde se está produciendo la delta», explicó el infectólogo.
Para Macías, la solución sigue siendo «vacunar y evitar lugares atiborrados de gente». «Poner una barrera a las variantes es imposible», dijo Macías, que insistió en que «hay que vacunar rápido».
Sobre la inmunidad de rebaño, Macías es claro: «Nunca la vamos a alcanzar, aunque cada vez nos parecerá más cercana». «Decíamos que la alcanzaríamos con un 66%, y eso en México ya lo tenemos, pero no consideramos en un principio que el virus iba a estar cambiando. Parece que la alcanzamos y se aleja un poco más», dice el infectólogo.
«(El coronavirus) ya nos mostró que no va a desaparecer, se va a quedar con nosotros y a lo que podemos aspirar es a convivir con él y a tenerlo contenido», concluye el experto.
Para un niño, sobre todo de corta edad, su cumpleaños es uno de los días más especiales del año, porque suele ir acompañado de una fiesta en la que él es el protagonista. Por eso es especialmente desolador cuando un niño se queda sin celebrarlo porque nadie acude.
El lo que le ha ocurrido a JJ, un niño de 6 años que invitó a 22 amiguitos a su cumpleaños, sin que ninguno acudiera, tal y como denunció su madre en un vídeo que se ha hecho viral en TikTok.
La mujer publicó imágenes de la desgarradora escena, mostrando paquetes de pasteles, favores y velas sin abrir sobre una mesa en el parque. «Estamos sentados en el parque para la fiesta de cumpleaños de JJ, tenemos todo listo, su fiesta comenzó hace media hora. Literalmente no hubo nadie que se presentara para su cumpleaños. Mi pobre hombrecito», dijo la madre en el vídeo.
«De 22 invitaciones… nadie vino… sé que hay una pandemia, pero es un parque, y hemos reabierto en mi provincia. Lo siento, el vídeo es inestable, estoy tan molesta por el pobre chico. Se merece algo mejor. Es increíble», dijo la madre. Mientras, en la distancia, se puede ver a un niño, presumiblemente JJ, jugando solo.
El vídeo arrasó en TikTok, donde acumula ya 4,7 millones de visitas y cerca de 800.000 ‘me gusta’. Otros tiktokers respondieron compartiendo sus propias experiencias similares y solicitando la dirección de la familia para poder enviar regalos a JJ.
En un vídeo posterior, la mujer explicó que finalmente pudo hacer un par de llamadas a algunos amigos de la familia y dos de ellas se presentaron en el parque, una incluso con un regalo.
A los seguidores les dijo que JJ no necesitaba más regalos. «En cambio, ha pedido si enviarían esos regalos adicionales al hospital infantil más cercano a ustedes», dijo la madre. «Tiene juguetes. Solo quería pasar un tiempo con sus amigos», sentenció la mujer.
La multitudinaria caída que provocó una espectadora con una pancarta en la primera etapa del Tour de Francia se cobró varias víctimas, entre las que se encontró uno de los puntales del ciclismo español.
Marc Soler se fue al suelo por culpa de esa mujer, cuyo paradero es desconocido, y lo que parecía que era el dolor en las muñecas propios por el golpe, posteriormente se confirmó que era algo bastante más grave. Según confirmó el Movistar Team, el ciclista barcelonés sufre fracturas en las dos cabezas de radio y en la cabeza del cúbito izquierdo. Dicho de otra manera: se rompió los dos brazos.
Pese al dolor, Soler tiró de redaños después de la caída, se subió de nuevo a la bici y llegó a la meta con el coche escoba justo detrás de él, a una media hora de Julian Alaphilippe, primer ganador de esta edición del Tour.
Tras confirmarse las roturas óseas, Soler ha abandonado el Tour, como no podría ser de otra manera. Para el Movistar no fue un arranque de la ronda gala fácil, ya que a este incidente luego se unió la otra gran caída más cerca de la meta.
En esa, Alejandro Valverde también se fue al suelo, aunque salvó el incidente con unos pocos raspones en los brazos y poco más. Miguel Ángel López, líder del equipo en este Tour, perdió casi dos minutos en el incidente, lo que le obliga a pasar al ataque mucho antes de lo esperado.
«Me he visto involucrado en una caída de las grandes y también en la del final. En la segunda montonera no me he caído, pero me he quedado cortado y el pelotón delantero ya rodaba a demasiada velocidad como para poder recuperar la diferencia. He llegado a meta como mejor pude», relataba el colombiano en meta.
Esta historia no empieza este fin de semana, empezó el 14 de junio con un anuncio de la Comunidad de Madrid y un mensaje de WhatsApp en un grupo de amigas: «Chicxs, Ayuso ha dixo q las discotecas vuelven el 21. Reservad el viernes 25. Esa noche se sale». Hacía mucho que Patricia no pronunciaba esa frase. Quince meses, para ser exactos, el tiempo que las discotecas han permanecido cerradas en España. Por lo menos, lo que cualquiera entiende por discoteca: bailes en el centro de la pista, copas en barra… Durante la pandemia, muchos locales volvieron, pero lo hicieron a su manera, la única que les quedaba para sobrevivir: sirviendo raciones junto a los gin tonics, y con sillas y mesas donde antes se perreaba hasta el amanecer. Cualquier parecido con la época prepandémica era pura coincidencia.
Por todo eso, el anuncio de la reapertura de las discotecas puso el hype por las nubes para los miles de madrileños que echan de menos el ambiente cargado de la noche, la música atronadora y los bailes hasta las mil. Las novedades ahora son tres: la hora de cierre se amplía a las 3 de la mañana, se puede pedir en barra (aunque no consumir) y la pista de baile vuelve (aunque solo en el exterior).
Sin Pista De Baile En Madrid Ciudad
Con estas condiciones, Patricia se propuso un objetivo: encontrar discoteca para este viernes 25 de junio con pista de baile al aire libre. «Fue imposible. Solo encontramos Fabrik y nos pilla muy lejos», asegura esta madrileña de 31 años.
«En Madrid ciudad no hay discotecas que tengan jardín», explica a este medio Vicente Pizcueta, de la Asociación Noche Madrid. «Es un fenómeno muy de los años 90, pero sí que hay discotecas con jardín en la Comunidad, y en la sierra casi todas. Pero está claro que un equipo de música al aire libre en la capital de España no existe. Tienes que tener aislamiento acústico».
Es el caso de Fortuny: «Tenemos terraza, pero no se ha sopesado habilitarla como pista de baile por el tema del ruido. Para nosotros va a seguir todo como hasta ahora, solo que unas horas más».
Viernes 25 De Junio: Primer Viernes De Reapertura
Así, después de buscar sin éxito un sitio en el que bailar, este medio decide acercarse a algunos lugares de ocio para ver cuál es el ambiente el primer viernes de reapertura. La mítica Kapital sigue cerrada. Lab the club (antigua Macumba), también. Florida abre solo como restaurante, igual que Fortuny. Copérnico no abre hasta el sábado…
Pero a eso de las 21:30 horas, por la zona de Alonso Martínez, Tony atiende a 20minutos.es en su local, El Chico Feo, de música indie y público adulto (de 35 a 45 años). «Hay mucha confusión entre los clientes. Algunos me preguntan que dónde voy a poner la pista de baile y yo les digo que todo sigue como siempre, que no pueden bailar, que no pueden quitarse la mascarilla… pero es difícil porque beben, se relajan, terminas regañando con ellos y eso tampoco nos beneficia».
A esa hora, aún no hay clientes, la ampliación del horario hasta las 3 de la mañana ha hecho que las costumbres cambien. «Esta semana estoy notando que vienen más tarde. Está bien que por fin nos diferencien, que los bares tengan que cerrar antes y que nosotros seamos la única alternativa de noche».
Esto ha hecho también que pueda quitar de la carta la comida que antes se veía obligado a servir para que el negocio no se fuera a pique. «Sacaba nachos con queso, embutidos… pero ahora con el horario hasta las 3 de la mañana ya no hace falta». De repente, Fran, de 35 años, se sienta en una de las mesas de la terraza, es cliente habitual. «Yo me voy adaptando, pero es verdad que se echa en falta salir en condiciones. Es horrible escuchar la música, querer bailar y no poder».
«Acabamos De Terminar Exámenes Y Lo Necesitamos»
A las 23:00 horas, a varios kilómetros de allí, varias decenas de universitarios hacen cola frente a la discoteca Panda, en la calle Hernani. «Teníamos muchas ganas», cuenta Irene, de 20 años, «acabamos de terminar exámenes y lo necesitamos». Esta es la primera vez que va a pisar una discoteca en pandemia: «Antes no quise venir porque me daba miedo el covid, pero ya lo he pasado, así que…» Blanca, sin embargo, sí estuvo en una hace no mucho, pero el hecho de que cerrara tan pronto le quitaba las ganas de repetir. «Ahora que abren hasta las 3 de la mañana ya parece otra cosa», explica esta estudiante de Diseño de Moda de 20 años.
Las dos tienen claro que lo que más han echado de menos es «la música alta» de las discotecas y «socializar con desconocidos». De los bailes ni hablan porque saben que aún no se puede. «Escuchar la música y no poder bailar… es un quiero y no puedo», añade Irene.
Carlos, dueño de Panda, está contento con el impulso que se le está dando al sector, pero le parece insuficiente: «No tenemos pista de baile, son todo mesas con sillas. Quitar el baile a una discoteca es como ir al cine y que te pongan solo los anuncios. Estamos dando una experiencia incompleta a los clientes. Esperamos que esto vaya progresando favorablemente poco a poco». Dentro, los clientes se reparten por la pista en reservados de 6 personas. Han tenido que pagar 150 euros por botella para poder estar allí. Les compensa, las ganas de fiesta pesan. Y aunque todos se saben las normas, es inevitable ver a alguno bailando en su sitio a ritmo de reguetón y al de seguridad llamando la atención. «No está permitido», avanza Carlos, «pero por mucho que queramos, no podemos tener a todo el mundo seis horas sentado en el sitio. A veces no lo puedes evitar». Sobre las 00:30 horas, la puerta de la discoteca está atestada de jóvenes que quieren entrar para pasárselo bien. No deja de llegar gente. «Es la primera vez que vengo a una discoteca. Para venir hasta las once de la noche no merecía la pena», explica Ane, del País Vasco. Para su pareja, Felipe, esta es la tercera vez. «Te voy a decir una cosa, en las otras en las que estuve me dejaron hacer lo que quisiera. Nos dejaban bailar sin problemas y sin mascarilla y si venía la policía nos avisaban para que nos sentáramos y nos la pusiéramos», asegura. Media hora más tarde en la calle Joaquín Costa con República Argentina, tres discotecas próximas celebran la reapertura del ocio nocturno con una demanda bastante alta. Las colas son numerosas, y la sensación que hay desde fuera es que bailar, se baila.
A las tres y pico de la mañana, con la persiana a punto de bajar, Sofía, Miriam y Teresa ponen rumbo a casa. «Ha estado genial, es una pena que cierren ahora porque nos vamos con todo el subidón», comenta la última con los zapatos en la mano.