Deportes

Marc Soler Una De Las Víctimas De La Espectadora De La Pancarta En El Tour, Llegó A Meta Con Los Dos Brazos Rotos

La multitudinaria caída que provocó una espectadora con una pancarta en la primera etapa del Tour de Francia se cobró varias víctimas, entre las que se encontró uno de los puntales del ciclismo español.

Marc Soler se fue al suelo por culpa de esa mujer, cuyo paradero es desconocido, y lo que parecía que era el dolor en las muñecas propios por el golpe, posteriormente se confirmó que era algo bastante más grave. Según confirmó el Movistar Team, el ciclista barcelonés sufre fracturas en las dos cabezas de radio y en la cabeza del cúbito izquierdo. Dicho de otra manera: se rompió los dos brazos.

Pese al dolor, Soler tiró de redaños después de la caída, se subió de nuevo a la bici y llegó a la meta con el coche escoba justo detrás de él, a una media hora de Julian Alaphilippe, primer ganador de esta edición del Tour.

Tras confirmarse las roturas óseas, Soler ha abandonado el Tour, como no podría ser de otra manera. Para el Movistar no fue un arranque de la ronda gala fácil, ya que a este incidente luego se unió la otra gran caída más cerca de la meta.

En esa, Alejandro Valverde también se fue al suelo, aunque salvó el incidente con unos pocos raspones en los brazos y poco más. Miguel Ángel López, líder del equipo en este Tour, perdió casi dos minutos en el incidente, lo que le obliga a pasar al ataque mucho antes de lo esperado.

«Me he visto involucrado en una caída de las grandes y también en la del final. En la segunda montonera no me he caído, pero me he quedado cortado y el pelotón delantero ya rodaba a demasiada velocidad como para poder recuperar la diferencia. He llegado a meta como mejor pude», relataba el colombiano en meta.

Anuncio publicitario
Estándar
Ciencia, Cultura

Descubren La Víctima Más Antigua Conocida De Un Ataque De Tiburón

Un equipo investigador dirigido para la Universidad de Oxford ha descubierto restos de una víctima atacada hace 3.000 años por un tiburón en el mar interior de Seto en el archipiélago japonés.

La investigación publicada en Journal of Archeological Science: Reports, muestra que este cuerpo es la evidencia directa más temprana de un ataque de tiburón a un humano y un equipo de investigación internacional ha recreado cuidadosamente lo que sucedió, utilizando una combinación de ciencia arqueológica y técnicas forenses.

El descubrimiento de la víctima fue realizado por los investigadores de Oxford J. Alyssa White y el profesor Rick Schulting mientras investigaban la evidencia de un trauma violento en los restos esqueléticos de cazadores-recolectores prehistóricos en la Universidad de Kioto. Llegaron al número 24, del sitio previamente excavado de Tsukumo, un hombre adulto plagado de lesiones traumáticas.

«Inicialmente estábamos desconcertados por lo que podría haber causado al menos 790 heridas profundas y serradas a este hombre», dicen los investigadores de Oxford. «Había tantas heridas y, sin embargo, fue enterrado en el cementerio de la comunidad».

Continúan: «Las lesiones se limitaron principalmente a los brazos, las piernas y la parte frontal del pecho y el abdomen. Mediante un proceso de eliminación, descartamos el conflicto humano y los depredadores o carroñeros animales más comúnmente reportados».

Dado que los casos arqueológicos de informes de tiburones son extremadamente raros, recurrieron a casos de ataques de tiburones forenses en busca de pistas y trabajaron con el experto George Burgess, director emérito del Programa de Florida para la Investigación de Tiburones. Y el equipo internacional armó entonces una reconstrucción del ataque.

El equipo concluyó que el individuo murió hace más de 3.000 años, entre 1370 y 1010 a. C. La distribución de las heridas sugiere fuertemente que la víctima estaba viva en el momento del ataque; le cortaron la mano izquierda, posiblemente una herida de defensa.

El cuerpo del individuo No. 24 había sido recuperado poco después del ataque y enterrado con su gente en el cementerio. Los registros de excavación mostraron que también le faltaba la pierna derecha y su pierna izquierda estaba colocada en la parte superior de su cuerpo en una posición invertida.

Según los investigadores, «dadas las heridas, claramente fue víctima de un ataque de tiburón. El hombre bien pudo haber estado pescando con compañeros en ese momento, ya que se recuperó rápidamente. Y, según el carácter y la distribución de las marcas de dientes, «la especie responsable más probable fue un tiburón blanco o tigre».

El coautor, doctor Mark Hudson, investigador del Instituto Max Planck, dice: «El pueblo neolítico de Jomon Japón explotó una variedad de recursos marinos … No está claro si Tsukumo 24 estaba actuando deliberadamente sobre los tiburones o si el tiburón fue atraído por sangre o cebo de otros peces. De cualquier manera, este hallazgo no solo proporciona una nueva perspectiva sobre el antiguo Japón, sino que también es un raro ejemplo de arqueólogos capaces de reconstruir un episodio dramático en la vida de una comunidad prehistórica».

Estándar
Cultura

Atarse Los Pechos Con Una Cinta, La Última Moda En Japón

noticias insolitasJAPÓN.- La obsesión por la imagen en Asia lleva a muchas mujeres a operarse la cara para parecerse a muñecas, a operarse los labios e, incluso, a ponerse bótox en los párpados, modas muy mal vistas y poco compartidas por las mujeres occidentales.

Sin embargo, las asiáticas no se dan por vencidas en su obsesión por la belleza y muchas sucumbieron a la última tendencia: una cinta para atarse los pechos.

Esta práctica, basada en Hestia, un nuevo personaje de animé que está arrasando en Japón, consiste en atarse los pechos a los brazos con una cinta colocada estratégicamente para que el busto resalte al levantarlos.

A pesar de que muchas fashion victims no han dudado en sumarse a la moda, lo cierto es que entre la mayoría de japonesas no caló demasiado. Twitter se ha hecho eco de esta nueva moda y de las jóvenes que apuestan por ella.

Estándar