Cinco personas han sido encontradas muertas en Taourirt (noreste de Marruecos) tras haber ingerido gel hidroalcohólico, que compraron con la presunta intención de embriagarse, según relata el diario Asabah.
Los gendarmes de Taourirt encontraron primero un cadáver cerca de una carretera, y las investigaciones abiertas llevaron a hallar a otras cuatro personas muertas, relacionadas con el primer muerto y que sufrían todas ellas alcoholismo.
Los agentes practicaron varias detenciones entre los responsables de la venta del gel, que tenían dispuestas varias botellas que pensaban vender como bebida alcohólica.
La venta de gel hidroalcohólico está únicamente limitada para usos sanitarios, en Marruecos como en el resto del mundo, pero su precio asequible, en relación con las bebidas alcohólicas -fuertemente tasadas en el país- puede explicar su uso con propósitos «recreativos».
Desde el inicio de la pandemia del coronavirus y la generalización del uso de desinfectantes sanitarios, se han registrado casos similares de muerte por intoxicación con gel hidroalcohólico, desde Rusia a Estados Unidos.
Un hombre pasea por la calle en un trineo tirado por perros. La escena puede recordar al norte de Europa, pero no. Es Madrid bajo los efectos de la borrasca Filomena. El piloto es Francisco Javier Talanco, habitual en las competiciones de ‘mushing’.
Filomena se fue. La borrasca se retira tras cubrir de blanco todo el centro peninsular. Su paso deja acumulaciones de nieve históricas en ciudades como Madrid y Toledo, además de numerosos problemas en carreteras, estaciones y aeropuertos. También regala imágenes insólitas. Desde hileras de vehículos atrapados por la nevada en las madrileñas circunvalaciones M-30 y M-40 hasta aviones parados en Barajas por la ventisca. Una estampa digna de latitudes superiores.
A pesar del caos generado por Filomena, los habitantes de las localidades afectadas no desaprovecharon la oportunidad de tocar nieve y, a su vez, engrosar el álbum de recuerdos de la borrasca. Así, las calles del corazón de la Península Ibérica fueron escenario de auténticas batallas de bolas o museo de innumerables muñecos de nieve. Algunos, incluso, convirtieron las colinas en pistas de esquí. Tablas de snowboard y esquís no tardaron en verse en la calle. Eso sí, trineos tirados por perros solo se vio uno.
Y es que, para sorpresa de muchos, los vecinos del madrileño barrio de Hortaleza fueron testigos de cómo un hombre saltaba al asfalto helado con un trineo y cinco huskies. Atónitos, muchos grabaron la escena, que no tardó en hacerse viral. Un vídeo que recordaba más a Finlandia que a Madrid.
No obstante, el misterioso piloto no paseaba por la capital con la intención de llamar la atención simplemente. Su objetivo era entrenar. Francisco Javier Talanco, nombre del individuo, practica desde hace nueve años la disciplina del mushing, las carreras de trineo tirados por perros. Es más, ha participado en campeonatos europeos y mundiales en la modalidad de sprint. Precisamente, en 10 días, tiene una prueba de la Copa de España, si la pandemia lo permite.
Talanco tenía la intención de subir el fin de semana a Somosierra para entrenar. Pero, al ver la nevada que caía sobre la ciudad, no pudo evitar salir a practicar por Madrid. Tampoco sus huskies, de los cuales, tres no habían pisado nieve. «Lo llevan en la sangre. En cuanto la han visto por la ventana se han puesto nerviosos, no paraban de jugar», afirma el deportista al diario El Mundo. Así, el musher recorrió seis kilómetros a una velocidad de 20 kilómetros por hora, con máximas de 45 kilómetros hora.
Al volver a casa, Talanco comprobó que se había convertido en uno de los protagonistas de la tempestad. Una imagen más para la memoria. Sin duda, Filomena será difícil de olvidar.