Malas noticias para Javier Cárdenas. Al su despido fulminante de Europa FM, que se materializó hace unas semanas y del que, opinó, el Gobierno era el culpable, ahora se suma un revés judicial, ya que el juzgado de primera instancia número 1 de Madrid ha desestimado una demanda interpuesta por el comunicador contra un medio de comunicación.
Según informa Eldiario.es, medio contra el que se había querellado, Cárdenas alegaba que se había lesionado su derecho al honor en unas informaciones publicadas por esta site sobre el programa que presentaba en La 1, Hora Punta, y, por ello, pedía también una indemnización de 60.000 euros y que se prohibiese a dicho medio realizar «nuevas manifestaciones o publicaciones sobre» él.
Según la misma información, la sentencia, contra la que cabe recurso, recoge que «no resulta acreditado en absoluto» la «existencia de una campaña organizada de desprestigio hacia el actor por parte» de esta redacción.
«No existe infracción ilegítima del derecho al honor del actor, con independencia de que puedan afectarle personalmente» las noticias publicadas, determina también la magistrada, ya que, según el texto, el artículo en cuestión «se limita por una parte a dar una opinión crítica de lo que su autor entiende como contenido indebido de un programa emitido en una televisión pública, y por otra a poner de manifiesto la existencia de esas mismas críticas en diversos medios de comunicación, sin que se contengan expresiones injuriosas, excesivas o difamantes, habiendo quedado acreditada por otra parte, la veracidad de la existencia de esas críticas, que a su vez son también opiniones».
Además, Javier Cárdenas tendrá que hacer frente a las costas del procedimiento, según el fallo del juzgado.
La colectividad médica argentina estalló contra la Justicia de ese país luego de que un juez obligara a un reconocido hospital a tratar con dióxido de cloro a un paciente con COVID-19. Para profundizar la polémica, el paciente falleció y ahora la familia pretende demandar al hospital por demorar el tratamiento.
La muerte de un paciente de 93 años en Argentina hizo estallar un enfrentamiento entre la Justicia y los médicos de ese país luego de que un fallo judicial obligara a un centro asistencial a tratarlo con dióxido de cloro, a pesar de que esa práctica es considerada nociva por parte de los especialistas. A pesar de que el fallecido recibió el tratamiento, su familia demandará a los médicos por una supuesta demora en aplicarlo.
El intrincado caso se inició en diciembre cuando el ahora fallecido, Jorge García Rúa, fue diagnosticado con COVID-19 y debió ser hospitalizado. Fue derivado al Sanatorio Otamendi, uno de los más reconocidos de la ciudad de Buenos Aires.
Según contó el abogado de la familia, Martín Sarubbi, a la agencia argentina Télam, como el paciente presentaba un cuadro clínico «crítico», un neurocirujano identificado como Dante Converti «recomendó un método paliativo y humanitario y prescribió la realización de un tratamiento con ibuprofeno inhalado y dióxido de cloro».
El centro asistencial rechazó aplicar ese tratamiento, dado que el uso de dióxido de cloro no está recomendado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) de Argentina para el tratamiento de COVID-19. En agosto de 2020, el organismo había advertido que no solo no existen estudios que demuestren su eficacia para ese tratamiento sino que su ingesta puede provocar «intoxicaciones severas» en los pacientes.
Ante la negativa, el hijastro del paciente decidió recurrir a la Justicia y el 7 de enero obtuvo un fallo favorable. En efecto, el juez federal Javier Pico Terrero autorizó una medida cautelar que obligaba al centro de salud a suministrar al paciente el tratamiento con dióxido de cloro sugerido por Converti.
El fallo judicial, según reproduce el diario argentino Ámbito, consideró que «a la luz de la documentación acompañada, no se advierte una imposibilidad de orden médica para la implementación de los tratamientos prescritos y adecuado al caso de autos».
El juez también dispuso que el tratamiento con dióxido de cloro sea «de urgente realización» porque «puede mejorar el diagnóstico y el tratamiento consecuente a adoptarse de manera inminente o, en su caso, salvar la vida del paciente».
La decisión judicial fue repudiada por la comunidad médica argentina y los médicos del centro asistencial llegaron incluso a movilizarse en rechazo a la obligación de tener que aplicar la sustancia. Como los médicos del centro Otamendi no querían hacerlo, el juez habilitó a que el médico Converti aplicara el tratamiento al paciente.
En palabras del abogado de la familia, luego de la aplicación del dióxido de cloro «el cuadro del paciente evolucionó muy favorablemente». En ese sentido, aseguró que el hombre, que falleció el martes 12, murió «no a causa de COVID sino por una infección intrahospitalaria».
Convencidos de esto, los familiares consideraron que la muerte del paciente pudo haberse evitado y que el hospital se demoró en aplicar el tratamiento ordenado por la Justicia. En ese marco, Sarubbi adelantó que denunciarían penalmente al centro asistencial por «homicidio culposo» y «desobediencia», al no haber cumplido inmediatamente la decisión judicial.
No es el primer paciente que fallece en Argentina luego de consumir dióxido de cloro. En agosto, un niño de cinco años murió luego de que sus padres le dieran dióxido de cloro ante la posibilidad de que hubiera contraído COVID-19.
El Misterioso Neurocirujano Que Prescribió El Tratamiento
El caso derivó en un enfrentamiento entre la Justicia argentina y la colectividad médica. Ignacio Maglio, asesor del Ministerio de Salud argentino y referente en temas de bioética, dijo a la agencia Télam que el fallo judicial es «una locura» y que constituye «un caso de desmesura de lo que significa la judicialización de la medicina».
A su vez, la polémica centró las dudas sobre el médico Converti, quien prescribió el tratamiento y cuyo dictamen sirvió de argumento para el fallo judicial. Maglio calificó la prescripción hecha por Converti como una «aberración técnica médica» y cuestionó que el juez no haya comprobado si el médico «es un especialista como dice que es».
En ese sentido, el asesor del Gobierno argentino indicó que, de acuerdo a los registros, Converti es un neurocirujano egresado en 1965. Sin embargo, apuntó que «según pudimos constatar con la Asociación Argentina de Neurocirugía no figura en ningún curso de capacitación o actualización realizado en los últimos años».
El empresario Yu «Martin» Xu se quedó sin parte de su fortuna por contratar los servicios de una agencia escort que le prometió que iba a tener sexo con la protagonista de Transformers, Megan Fox, y otras celebridades por 3,7 millones de dólares.
Xu afirma haber pagado esa millonaria cifra a la firma Royal Court Escort de Sídney por servicios sexuales con Megan Fox, la actriz Angela Yeung Wing y la modelo de Victoria»s Secret, Candice Swanepoel.
Como era de esperar, ninguna de las estrellas apareció, dejando al empresario tan furioso que decidió demandar a la compañía para tratar de recuperar su dinero, según el tabloide The Daily Mail.
El demandante, de origen chino, señala que la agencia le iba a proporcionar «acompañantes femeninas de prestigio internacional para la prestación de servicios sexuales», según documentos judiciales.
Además, denuncia que se le garantizó los encuentros en cualquier parte del mundo, ya que con ese pago cubría gastos de transporte y alojamiento.
Para acceder a los servicios, Xu pagó a la agencia una cuota de afiliación de 24.000 dólares. Después realizó otros pagos y, finalmente, desembolsó un total de 2,5 millones de dólares el 19 de agosto de 2014, según los documentos.
En su declaración, alega que en septiembre de ese año pactó una cita con Angelababy, una actriz y cantante de 27 años, que recientemente protagonizó la película Independence Day: Resurgence, pero la cita se cayó, ya que la famosa nunca apareció para brindar sus prestaciones sexuales.
ESTADOS UNIDOS — «La Sirenita» hizo historia en 1989 ganando dos premios Oscar, siendo la novena película más taquillera de aquel año y marcando el comienzo de la era que hoy conocemos como el «Renacimiento de Disney». Pero este clásico animado podría haber dejado aún más huella en la historia si Disney hubiera mantenido una escena en ¿especial?
En la versión original de la boda de Úrsula (o Vanessa) y Eric, el obispo se «entusiasmaba» más de la cuenta… o eso parece. ¿Qué es eso que vemos en la entrepierna?
Seguramente parece una erección repentina, un entusiasmo exagerado ante la unión entre el príncipe y su nueva novia. De todas formas, la intención real era ilustrar las rodillas de este hombrecito de piernas cortas.
La polémica alrededor de esta escena salió a la luz hace unos años, pero, de repente, ha vuelto a cobrar protagonismo. Incluso en 1995, una mujer de Arkansas demandó a los estudios Disney porque «la película no era apropiada para los niños más pequeños». En la demanda, citaba dicha escena en particular, asegurando que el momento podía pasar desapercibido a velocidad normal, pero si se veía la película en cámara lenta, era visible.
La demanda fue retirada dos meses más tarde, pero fue suficiente para que los estudios Disney decidieran retocar la escena y dejar a este señor sin rodillas ni erección que se le parezca. Y así quedó en la versión definitiva, como muestra la foto.
Papel, lápiz y goma de borrar… Y colorín, colorado, todo solucionado.
Un francés demandó a su ex jefe alegando que le dio tan poco trabajo que sufrió un síndrome de aburrimiento y reclamó 150 mil euros en compensación por su «sufrimiento».
Frédéric Desnard trabajó hasta hace un año y medio en una compañía de perfumes, y calificó su labor como «una bajada al infierno». Desnard, de 44 años, señaló que hasta pensó regularmente en suicidarse. La empresa Interparfums lo despidió tras ocho años, luego de una ausencia de siete meses por enfermedad.
«Me daba vergüenza que me paguen por no hacer nada», señaló. Según explico a la agencia AFP, fue relegado a hacer tareas logísticas que no tenían nada que ver con su puesto original y le retiraron responsabilidades, lo cual lo «destruyó» y lo hundió en una «severa depresión».
Desnard, quien actualmente no tiene trabajo, recordó: «Cada día salía del trabajo con una sensación de desesperación. Solía llorar, pero nadie lo notaba porque en realidad a nadie le importaba si estaba allí».
El abogado de Interparfums, Jean-Philippe Benissan, rechazó todas las acusaciones del demandante. «Si no tuvo nada que hacer durante cuatro años, ¿por qué lo habría mantenido la empresa? ¿Y por qué no dijo nada?», cuestionó.
JAPÓN.- Entre el repudio y lo insólito del caso, Jian Feng se casó con una linda mujer y, aunque él no es Brad Pitt, demandó a la esposa por el aspecto físico de sus hijos.
Hedonista y absurdo, Feng lo vivió como una derrota al ego, luego de que los chicos empezaran a crecer y fueran víctimas de burlas en el colegio.
Feng se volvió loco y pensó que la mujer le había sido infiel y decidió someter a sus hijos a una prueba de ADN. Eran suyos los nenes hasta que la verdad salió a la luz: la mujer se había sometido a múltiples cirugías plásticas para lucir mejor, motivo que enfureció a Feng y la demandó.
El juez le otorgó el divorcio y logró que la mujer le pagara 120 mil dólares. Ella se quedó con la custodia de los hijos. Y el excéntrico Feng busca una nueva vida.
ESTADOS UNIDOS.- Jennifer Connell era la tía favorita de Sean, pero hace meses que no se veían. El niño corrió a abrazarla con tanta locura que le quebró una muñeca. Ahora la víctima involuntaria le realizó una insólita demanda al sobrino de más de 100 mil dólares por la lesión.
«Las lesiones, las pérdidas y los daños a la mujer fueron causadas por la negligencia y el descuido del acusado menor de edad debería haber sabido que un saludo contundente como el entregado a la demandante podría causar los daños y perjuicios, como los sufridos por el demandante», consta en la demanda.
Sean cumplía años cuando vio entrar a Connell, quien cayó con un regalo, el sobrino se le subió encima y al bajarse la arrastró. «Siento que es responsable de mi lesión», aseguró la mujer.
Lo cierto es que la familia del pequeño es millonaria y la mujer plantó la demanda por 127 mil dólares a pagarse en efectivo para retirar los cargos por los hechos sucedidos en la mansión del pequeño. ¿Qué dirá la Justicia?
Una mujer demandó a Disney por 250 millones de dólares debido a que, según ella, la compañía escribió el guión de «Frozen» plagiando una autobiografía que ella publicó.
Isabella Tanikumi lanzó un libro de memorias en las que cuenta cómo fue su infancia viviendo en un sector peruano de la Cordillera de Los Andes.
La demandante asegura que historia de la película «Frozen» no está inspirada en la novela «La reina de las nieves», de Hans Christian Andersen, sino que en su propia vida.
En el archivo judicial, el cual es citado por el portal de noticias TMZ, la mujer añade que Disney plagió y copió su historia, sus personajes y el argumento general de su libro.
El caso fue presentado recientemente ante la justicia, por lo que ahora se debe esperar los resultados de la investigación y la respuesta de Disney.
La justicia alemana dictó hoy sentencia a favor de un inquilino, que presentó demanda con el arrendador de su vivienda que le reclamaba 1.900 euros por haber orinado de pie y dañado con ello el piso del lavabo con las salpicaduras.
La audiencia administrativa de Düsseldorf (oeste del país) dictaminó que orinar de pie es un hábito «generalizado» y que, en cambio, los daños que pueda originar en el suelo son «apenas conocidos».
El inquilino había presentado una demanda contra su casero, que pretendía retener 1.900 euros del total de 3.000 euros depositados como fianza al suscribir el contrato de alquiler.
El argumento del arrendador era que con su hábito de orinar de pie había causado daños en el suelo de mármol de la sala de baño.
«A pesar de la creciente domesticación del varón, sigue siendo una costumbre generalizada orinar de pie», reza la sentencia de esa cámara.
Alguien que «siga haciendo sus necesidades de la manera que antes era la más practicada debe esperar conflictos con el resto de habitantes de la vivienda, especialmente si son mujeres», prosigue la sentencia.
Eso no significa, sin embargo, que deba actuar de otra manera «por consideración hacia el piso del lavabo», por mucho que este sea de mármol.
La ropa interior femenina no debería ser parte de un tratamiento postoperatorio, según un hombre de Estados Unidos que demandó a una clínica por el estrés que le causó ver sus intimidades cubiertas por ropa de mujer rosa cuando despertó de una colonoscopia.
Andrew Walls, de 32 años, entabló una demanda contra la clínica por el estrés emocional, la angustia y la supuesta pérdida de ingresos que le habría causado despertar usando este ofensivo fragmento de tela rosa, informó el jueves una corte de Delaware, en el este de Estados Unidos.
El hombre hizo la demanda dos años después de haberse realizado la colonoscopia en el Delaware Surgery Center en Dover.
Durante el procedimiento médico, el 12 de octubre de 2012, Walls fue sometido a una anestesia. Luego, «cuando despertó, se dio cuenta de que mientras había estado inconsciente alguien lo había vestido con ropa femenina», según la demanda.
El hombre denuncia que la conducta de la clínica «fue más allá del límite de la decencia» e insiste en que en ningún momento vestiría tales prendas voluntariamente.
Como resultado, el demandante registró un estrés emocional severo que lo condujo luego a perder su empleo, según la demanda.