Un niño de tres años ha muerto después de caerse por la ventana trasera de su casa. El pequeño cayó en el patio de su familia, donde se encontraban sus perros, que le atacaron mutilándole, como así han asegurado las autoridades encargadas de la investigación.
Los hechos sucedieron este miércoles en Nueva Jersey, en Estados Unidos, alrededor de las 05:00 horas.
Las autoridades se desplazaron inmediatamente al lugar después de recibir el aviso y se encontraron al pequeño con heridas graves.
El menor fue trasladado a un hospital cercano, pero no pudieron hacer nada por salvar su vida y se confirmó su muerte a las 06:30 horas.
Después del incidente, los perros fueron trasportados a otro lugar gracias a un equipo de control de animales.
La policía se encuentra investigando lo ocurrido, aunque por el momento no se han presentado cargos penales.
Al menos catorce personas han muerto y un niño se encuentra en estado crítico al desplomarse la cabina de un teleférico en las inmediaciones de la localidad italiana de Stresa, en el norte del país y cerca de la frontera con Suiza, según han confirmado fuentes de los servicios de Emergencias.
El teleférico cubría el recorrido desde el lago Maggiore hasta la montaña de Mottarone. Los hechos han ocurrido sobre las 13:00 h de este domingo cuando, por causas que se investigan, el cable que lo sustentaba se partió a 300 metros de la estación de llegada, en la parte más alta del recorrido, donde llega a alcanzar los 1.400 metros de altura sobre el nivel del mar. Según los carabineros presentes en el lugar, la cabina cayó al vacío debido al desprendimiento de un cable de sujeción y a que no funcionaron los mecanismos de seguridad previstos.
Aunque en un principio se creía que había solo once personas a bordo del teleférico, las autoridades han elevado después la cifra de pasajeros a quince, la mitad aproximada del máximo de 35 ocupantes permitidos por la cabina.
Dos niños, de 9 y 5 años, sobrevivieron al impacto y fueron trasladados en helicóptero hasta el Hospital Reina Margarita de Turín, donde fueron intervenidos por numerosas fracturas y traumatismos. Uno de ellos ha fallecido horas después -elevando el balance de víctimas a 14- y se teme por la vida del otro, según los médicos. «Los testigos escucharon un fuerte silbido y luego vieron que la cabina retrocedía rápidamente para luego precipitarse en el momento del impacto contra el pilar», ha explicado la alcaldesa de la localidad de Stresa, Marcella Severino, al canal Sky Tg24.
Entre las víctimas «hay algunos extranjeros, pero las operaciones de identificación aún están en curso», ha asegurado el teniente coronel Giorgio Santacroce, comandante de la unidad operativa de los Carabinieri de Verbania. Aunque no se han facilitado detalles sobre los fallecidos, algunos medios hablan de la presencia de turistas alemanes.
Las operaciones de rescate y recuperación han sido enormemente complicadas porque la cabina cayó en pleno bosque dentro de un área particularmente inaccesible, hasta el punto de que un vehículo de Bomberos que se dirigía a la zona acabó volcando por lo escarpado del terreno, sin víctimas que lamentar.
Horas después del accidente, las labores de rescate han continuado, también para ayudar a la investigación judicial abierta por la fiscalía de Verbania, que ha decidido requisar la instalación, cuyos responsables insisten en que se encontraba en excelente estado y que todos los controles efectuados eran correctos.
El presidente de la región, Alberto Cirio, se ha reunido con los responsables de los Bomberos y la Protección Civil para analizar lo ocurrido, sin que por el momento haya trascendido información oficial sobre la causa del terrible accidente. El ministro de Infraestructura, Enrico Giovannini, ha anunciado el establecimiento de una comisión de investigación y viajará a Stresa este lunes por la mañana para decidir la línea de acción a seguir. Por su parte, el primer ministro del país, Mario Draghi, ya ha expresado «sus condolencias a las familias de las víctimas, con especial atención a los niños gravemente heridos y sus familias».
Fue el pasado 24 de abril cuando el teleférico, inaugurado en 1970, se volvió a poner en funcionamiento tras la relajación de las restricciones por la pandemia del coronavirus.
Según informa La Repubblica, entre 2014 y 2016 la instalación había sido objeto de una renovación financiada por la región del Piamonte y el Ayuntamiento de Stresa, cuyo coste ascendió a 4 millones y durante la cual los cables fueron sometidos a un análisis magnetoscópico para confirmar su fiabilidad.
Un niño de 11 años ha saltado de un autobús escolar en el condado de Walton, a unos 65 kilómetros de la ciudad de Atlanta, en el estado de Georgia (EE UU), para evitar el acoso que sufría en su instituto por parte de estudiantes más mayores. Tras el salto inicial por la ventana del vehículos, el chico ha caído en una camioneta que pasaba en ese momento y posteriormente se ha precipitado sobre la carretera. Como consecuencia de la caída, este estudiante de secundaria se ha roto un codo roto y ha sufrido una conmoción cerebral.
Dion Murphy, su padre, declaró que su hijo saltó para escapar de los jóvenes que le acosan en el autobús y en el centro educativo, al que ha acusado de no hacer nada pese a tener constancia de los abusos.
«Un estudiante le dio en la cara, otro le empujó contra la ventana, le quitaron el zapato… Creo que estaba tratando de escapar de la situación», explicó en la cadena FOX5 Atlanta Murphy, quien confirmó que hay varios vídeos que muestran a su hijo siendo acosado en el autobús durante todo el año.
«Hace poco vi una cinta en la que una chica le pegaba y hay otra cinta en la que lo arrastran por el pasillo», ha revelado su progenitor. «Hay más cintas y por eso estoy tan molesto porque la escuela descuidó el acto de intimidación y no hizo nada al respecto. Lo tomaron como un juego, pero mi hijo podría haber perdido la vida», añadió.
Murphy se reunió con los responsables del centro educativo el pasado mes de marzo para tratar de buscar una solución al problema sin éxito. «Los niños de esta generación se están suicidando porque están siendo acosados», denunció. ‘Me rompió el corazón porque esto es algo que nunca debería haber sucedido», concluyó.
Un niño de once años falleció la pasada madrugada en un hospital de París, donde fue ingresado en estado grave tras saltar por la ventana de su habitación, en la que dejó una carta de disculpa por haber acosado a un compañero de clase, informaron medios franceses.
Una vecina alertó a la madre de la víctima tras presenciar esa escena producida en la tarde del lunes en un apartamento familiar situado en el cuarto piso de una residencia de la localidad francesa de Vitry-sur-Seine, a las afueras de París, según indicó la cadena francesa LCI.
Una enfermera residente en el barrio prestó los primeros auxilios antes de que los bomberos se hicieran cargo de la víctima, que falleció más tarde en el Hospital Necker de París a causa de las heridas.
Según LCI, la fiscalía de Créteil ha abierto una investigación para conocer las causas concretas de la muerte, después de que el menor fuera castigado en su colegio por haber acosado a uno de sus compañeros.
En casa, tras la reprimenda de su madre y después de que ésta lo mandara a su habitación, el chico escribió una carta de disculpa antes de arrojarse al vacío.
Este suceso ocurre días después de la muerte de Alisha K., una niña de 14 años cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en las aguas del río Sena a su paso por Argenteuil (norte de París), a manos de una pareja de estudiantes con los que compartía clase.
Este crimen impactó a la sociedad francesa en un momento en el que el aumento de la violencia entre adolescentes ha generado preocupación en el Gobierno de Emmanuel Macron, que prepara un plan para frenar las guerras de pandillas y el creciente acoso escolar.
El actor madrileño Enrique San Francisco, conocido como Quique San Francisco, ha fallecido a los 65 años a causa de una neumonía necrotizante, por cuya causa llevaba varias semanas ingresado en el Hospital Clínico de su ciudad natal. Con una extensa carrera en cine y TV, San Francisco había estado nominado a dos Premios Goya, por El baile del pato (1988) y Orquesta Club Virginia (1992).
Hijo de los actores Vicente Haro y Queta Cobo, San Francisco tuvo unos inicios precoces en el cine y el teatro: su debut en pantalla grande tuvo lugar en la rompedora Diferente (1961) cuando contaba solo seis años.
Sin embargo, más adelante optó por una carrera de uniforme, alistándose en la Legión tras acabar su servicio militar. Solo se dedicó profesionalmente a la interpretación desde 1975, tras un periplo personal que le llevó a residir en EE UU, donde acudió como alumno al Actor’s Studio.
En el tránsito de los 70 a los 80, y junto con sus intervenciones televisivas (en series como El pícaro y Cuentos y leyendas), San Francisco se volvió un rostro familiar para los aficionados al llamado ‘cine quinqui’ gracias a sus trabajos para Eloy de la Iglesia.
En cintas como Colegas (junto a su pareja de entonces, Rosario Flores), Navajeros y El pico, el director de Zarautz contó con San Francisco en funciones de sujeto torvo, muchas veces dedicado al narcotráfico. Durante esos mismos años, el actor padeció de una severa adicción a la heroína.
Pese a ello, Enrique San Francisco nunca dejó de trabajar. Además de recibir sus nominaciones al Goya y de aparecer en numerosas películas y series, el actor se convirtió en un pionero de la ‘stand-up comedy’ en nuestro país, figurando en el elenco del programa El club de la comedia.
Su vida personal se ganó titulares en raras ocasiones, como cuando un accidente de moto puso en riesgo su vida en 2002. Aunque siguió adelante con sus monólogos cómicos, a los que acudía con muletas, su percance le obligó a abandonar el papel de Tinín en la serie Cuéntame cómo pasó.
Irónicamente, uno de los últimos papeles de Enrique San Francisco fue un spot publicitario en el que encarnaba a la mismísima Muerte. Una última broma de un actor cuya vida transcurrió muchas veces en el filo de la guadaña.
En San Fernando, Cádiz, un padre ha pasado once meses sin poder ver a su hijo de 7 años por una orden de alejamiento, tras denunciar el colegio del menor a los servicios sociales que el niño había desarrollado una conducta obsesiva que sospechaban que podía derivar de algún abuso, según informa el Diario de Cádiz.
Todo comenzó en diciembre de 2019, cuando el colegio alertó de que el chico de 7 año, con Trastorno del Espectro Autista (TEA), comenzaba a realizar dibujos de penes y a realizar expresiones sexuales de forma continua, algo inusual en un niño de esa edad. Estos hechos llevaron a la dirección del centro a activar el protocolo sobre posibles abusos sexuales.
Al activarlo, inmediatamente se le aplicó al padre una orden de alejamiento de forma cautelar mientras se realizaba la investigación. Aunque esto debía resolverse en un plazo de tres meses, con la llegada de la pandemia todo se ralentizó, alargando esta situación casi un año.
El padre culpa de esta situación al colegio, a quien acusa de no estar capacitados para tener niños con estas características, lo que ha provocado que se tomaran decisiones complejas con mucha «ligereza», antes incluso de acudir a un especialista que pudiera valorar la actitud del menor.
Según cuenta el progenitor al medio andaluz, el niño había adoptado una «manía» compulsiva de tocarse los genitales, algo que estaba tratándose con un especialista de un centro privado, y que según le habían explicado, se trata de algo que puede ocurrir en un niño con TEA.
La Delegación Territorial de Educación alega que se han tomado las decisiones oportunas ante la sospecha que surgió de un posible abuso, algo que es obligación del centro ante estos casos.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de San Fernando archivó la causa el pasado octubre, y el padre del menor ha decidido cambiarlo a otro centro educativo.
«Ni siquiera ha habido juicio, la causa se ha archivado a petición de la Fiscalía al considerar que no había ninguna prueba», cuenta el padre. «Ha sido un infierno, no tengo palabras para explicar lo que me han hecho pasar a mí y a mi familia, lo que hemos tenido que sufrir con todo esto».
En una calle transitada de la ciudad china de Dazhou, provincia de Sichuan, un niño encendió un petardo sobre la tapa de una alcantarilla. La explosión asustó a los transeúntes y lanzó por los aires las tapas de alcantarillas cercanas.
En las imágenes se puede ver que el niño está jugando solo y en cuanto enciende el petardo corre a esconderse de la explosión.
Nadie se hubiera imaginado que esa potente explosión podría haber sido causada por un petardo. El estruendo hizo que los transeúntes corrieran en medio de gritos y hasta el mismo niño se asustó y corrió con la gente.
Las alcantarillas fueron reparadas y los padres del niño han sido amonestados.
Los audios de Whatsapp de un niño de cuatro años evitan que su madre fallezca en el domicilio familiar, situado en Valencia, a causa de un accidente cerebrovascular. El pequeño intentó durante casi 8 horas pedir auxilio. La mujer, que está embarazada, sigue ingresada en estado muy grave.
Los niños y niñas del siglo XXI nacen con un móvil bajo el brazo. Su dominio de las nuevas tecnologías fascina, a la vez que asusta por su prematuridad. Sin embargo, en este caso, dichas habilidades evitaron un desenlace que podía haber sido fatal.
Los hechos ocurrieron el domingo 13 de diciembre en una vivienda del barrio marítimo de Valencia. Allí, una mujer embarazada se desvaneció sobre la una de la tarde. No tuvo tiempo para descolgar el teléfono en búsqueda de ayuda. En el domicilio, solo se encontraba con su hijo de cuatro años. Al ver a su madre inconsciente en el suelo, intentó dar la voz de alarma.
Trató de alertar a una profesora de su colegio. El pequeño logró mandar un par de letras sueltas y sin sentido, por lo que la maestra pensó que estaba jugando con el móvil de su madre. El niño siguió intentándolo durante casi ocho horas hasta que consiguió enviar varios audios a un familiar a través de Whatsapp.
Al recibir los mensajes de auxilio, los familiares del pequeño alertaron al 112. Una patrulla de la Policía Nacional fue la primera en llegar al domicilio, pero no pudieron entrar al estar la puerta cerrada con llave. Al poco llegaron los bomberos, quienes, tras intentar acceder a la vivienda por el balcón, tuvieron que forzar la puerta principal. En el interior se encontraba la mujer desmayada junto al niño.
Rápidamente, los sanitarios del SAMU estabilizaron a la mujer y la trasladaron al Hospital Clínico de Valencia. En el centro sanitario, ha tenido que ser intervenida de un accidente cerebrovascular. La mujer continúa ingresada en estado muy grave. No obstante, podría haber perdido la vida en su domicilio, si su hijo no hubiera utilizado su teléfono móvil.
A pesar de todo, el director general de Emergencias Sanitarias de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta las Emergencias de la Generalitat, Jorge Suárez, destaca a la Agencia Efe la importancia de que los menores conozcan números fáciles de memorizar para actuar en casos similares. Suárez indica la importancia de aprender el 112, el número de emergencias.
Una mujer estadounidense fue detenida tras publicarse un video en el que se la puede ver inyectándose heroína frente a su hijo de cuatro años.
La filmación muestra a Lauren Story, de 29 años, entregándole al niño un teléfono para que jugara mientras ella y un hombre se inyectaban heroína en un callejón cerca de un tribunal en Cincinnati (Ohio, EE.UU.). Al final de la grabación, Story se levanta y sale del callejón, diciéndole al niño que la siga.
John Donaldson, de un grupo de vigilancia del barrio, filmó el hecho, que ocurrió en plena luz del día, y mostró el video a la Policía, que detuvo a Story el jueves. La mujer compareció en la corte acusada de negligencia infantil, de poseer objetos para drogarse e instrumentos para el uso indebido de drogas. La Policía declaró que encontraron cuatro jeringas en su bolso cuando la detuvieron.
«La gente tiene simpatía por las personas que consumen heroína, pero esa simpatía termina cuando lo están haciendo frente a sus hijos», señaló el fiscal Dave Wood en la audiencia del viernes, informó WLWT-TV. Un juez decidió que la mujer no podrá acercarse a su hijo hasta que los trabajadores sociales del condado lo aprueben, y ahora el menor ha sido puesto al cuidado de un pariente.
Un Problema En Aumento.
Alrededor de 59.000 personas murieron en Estados Unidos en 2016 en relación con la sobredosis de drogas, la cifra más alta registrada en la historia de ese país, según establece un estudio reciente publicado en junio por «The New York Times».
Esta cifra representa un aumento del 19 % de fallecimientos respecto a 2015, cuando se registraron 52.404 muertes, lo que convierte a los casos de sobredosis de droga en la principal causa de muerte en personas menores de 50 años. Sin embargo, impacta aún más el hecho de que, según las estimaciones para este 2017, las cifras siguirán aumentando.
Además, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE.UU., el número de estadounidenses que mueren por sobredosis de heroína ha ido en aumento desde 2002, con más de 13.000 norteamericanos fallecidos por consumo de esta droga en 2015.
La familia de un pequeño niño camboyano de seis años está en la búsqueda desesperada de ayuda ante una malformación que ha dejado atónitos a los médicos de su país.
Pheaktra Pov nació con una pequeña fisura en la parte superior de su cabeza. Los médicos no le dieron mayor importancia y, tras el parto, enviaron a su madre con su hijo a su casa, suponiendo que se iba a ir cerrando.
Pero ocurrió lo contrario. Y la fisura se fue ampliando y profundizando. Hoy Phektra tiene seis años y una enorme grieta parte su cabeza en dos.
Thorn Hongm, la abuela de de Phektra, lleva a su nieto cada fin de semana al templo de Angkor Wat, en Siem Reap, y se coloca en la puerta par pedir donaciones que le permitan encontrar un tratamiento médico.
«El padre de Phektra se fue antes de que naciera. Sólo estamos mi hija y yo para cuidarlo. Los médicos dicen que no saben qué causó esto y que no hay nada que puedan hacer», contó la abuela del niño.
Organizaciones de caridad le brinda medicina gratuita a Phektra para prevenir convulsiones. Pero hasta ahora no ha encontrado ningún tratamiento para evitar la profundización de la grieta en su cabeza.
«Rezamos cada día para que aparezca alguien en algún lugar del mundo que sepa cómo curar esto», concluye la abuela.