Salud

El Repunte De Contagios Y La Variante Delta Provocan Que La Mayoría Se Deje La Mascarilla

El levantamiento de la obligatoriedad de llevar mascarilla en el exterior era una de las noticias más esperadas de los últimos 13 meses y parecía que la mayoría de la población iba a echarse a las calles este sábado, luciendo sonrisas, como proponía la ministra de Sanidad. Pero la reacción de la ciudadanía ha sido más cauta de lo que se podía esperar.

Si bien el sábado de madrugada se producía alguna representación, más simbólica que otra cosa, del fin de las mascarillas, la realidad es que conforme ha ido avanzando el día, en la mayoría de ciudades españolas no se ha notado mucho cambio con los días anteriores. Es más, la mayoría de la gente ha seguido usándola.

«De cada 10 personas que me he cruzado, sólo dos iban sin mascarilla», explica Nuria Salinas, una asesora comercial de Murcia que ha aprovechado este sábado para recuperar un viejo utensilio, el pintalabios. Y eso que en esta ciudad se han superado los 30º C este sábado.

Tampoco en Madrid se han dejado de usar los cubrebocas. «Me sorprende porque esperaba ver a muchas más personas sin mascarilla, pero la mayoría todavía las usa», dice Manuel Mas, cantante, en el centro de la capital, en unas declaraciones recogidas por Reuters.

«Para mí es importante seguir llevando la mascarilla», dijo Ángela Sosa, camarera madrileña que este sábado por la mañana se dejó caer por la Puerta del Sol.

Miedo A Las Variantes

Pero si la mascarilla es para la mayoría de las personas una molestia, ¿cuál puede ser el motivo de que sigamos siendo reacios a quitárnosla, aun cuando al aire libre ya no es obligatoria?

Uno de los principales factores puede ser que la situación actual de la pandemia no es mejor que la de hace 10 días, cuando el presidente Pedro Sánchez anunció el fin del cubrebocas en espacios exteriores.

La incidencia acumulada lleva tres días seguidos en crecimiento y lo que es más preocupante: este viernes lo hacía en diez comunidades autónomas. Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Comunidad de Madrid y Murcia registraron un aumento de los casos de coronavirus.

En concreto, Cantabria, Cataluña, Andalucía y La Rioja tienen las incidencias más elevadas y, de hecho, la Junta de Andalucía ha recomendado que la gente siga llevando la mascarilla aun en la calle.

El motivo de estos aumentos y del miedo a dejarse el cubrebocas en casa está en la variante delta del coronavirus, que en comunidades como Cataluña ha llegado a suponer el 30% de los casos y que a nivel global está amenazando con una quita ola.

De hecho, esta variante ha obligado a algunos países, como por ejemplo Israel o Reino Unido, a dar marcha atrás en algunas de sus medidas de relajación, como precisamente el uso de mascarillas en el primer caso, o retrasar las aperturas de actividades en el segundo.

El principal miedo de las autoridades sanitarias es que a pesar de que la vacunación va a ritmo de récord en todo el mundo en general y en España en particular, aún es mucha la gente que no está vacunada, y muchos de los que sí han recibido un pinchazo tienen solo la primera de la dos dosis, en el caso de los remedios de Pfizer, Moderna o AstraZeneca. Este problema se agudiza en el caso de la vacuna anglosueca, porque su pauta de vacunación comprende un periodo de tiempo más largo que las de las farmacéuticas estadounidenses.

Por ello, algunas comunidades han optado por acortar ese plazo entre dosis (que en principio era de 12 semanas) por 11 e incluso 10 semanas, para así tener a la mayor parte de la población a salvo de la variante delta, cuya sombra amenaza las sonrisas que llevaban 13 meses cubiertas por mascarillas… y puede que algún tiempo más.

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Salud

Así Se Vive El Fin De La Mascarilla A Pie De Calle: «Me Parece Quizás Precipitado. Yo No Me La Voy A Quitar, Desde Luego»

En el acceso a la calle Preciados desde la plaza del Callao un panel digital advierte a los viandantes: «Mantenga la distancia social. Utilice mascarilla». En una de las zonas más concurridas de Madrid, la primera indicación es difícil de cumplir; la segunda sí la acatan prácticamente la totalidad de quienes pasan por aquí. Pero, ¿qué ocurrirá a partir del sábado?

Este jueves, el Gobierno se ha reunido en un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar la ley que acaba con la imposición de llevar tapadas la nariz y la boca en espacios abiertos y que entrará en vigor este 26 de junio. Después de 13 meses en los que ha sido obligatorio utilizar la mascarilla en cualquier circunstancia y lugar, el Ejecutivo ha decidido flexibilizar su uso, siempre que se pueda garantizar el metro y medio de separación entre no convivientes.

«En un fin de semana paseando por estas calles, ¿quién controla el metro y medio?», se pregunta Pedro Carpintero, de 38 años, mientras echa un vistazo a su alrededor. «Esas normas luego son muy amplias y me da un poco de miedo que en sitios como este, donde hay mucha gente, pudiera haber contagios. Si uno va al campo, yo lo he hecho, se la quita porque ahí estás solo. Hay que tener sentido común, pero como no lo tenemos creo que los políticos tienen que poner normas y en este caso, cuanto más restrictivas mejor, porque está en juego la vida de las personas», añade al ser abordado por 20minutos.

Este diario ha salido a la calle para conocer la opinión de los ciudadanos sobre la situación que se presenta a partir de este fin de semana y las sensaciones oscilan desde la alegría de quienes creen que ya era hora a la preocupación de quienes piensan que es una decisión precipitada. Entre los primeros se encuentran principalmente los más jóvenes.

«Se lleva haciendo en Europa mucho tiempo, incluso desde que se acabó el confinamiento en España. Veo que si está bien definido está perfecto porque está demostrado que al aire libre no nos tenemos por qué contagiar tan fácilmente», señala José Javier Cabeza, de 24 años. «Si puedo libremente quitarme la mascarilla en sitios no concurridos lo haré. Sí es verdad que en sitios concurridos me la pondré», agrega.

«Yo estoy a favor de la medida porque me parece un incordio llevarla y al aire libre dicen que el virus no se contagia tanto. Si no hubiese pasado la Covid sí llevaría mascarilla en espacios con más gente pero al haberla pasado pienso que tengo anticuerpos y estoy más relajada. La llevaría en el bolsillo si tengo que coger el metro o si voy a alguna tienda pero si sé que no voy a entrar en ningún sitio no la llevaría», apunta Paula Herrada, de 24 años.

La postura de estos chicos contrasta por ejemplo con la de Mar Ferro, de 50 años. «Pienso que no se debería eliminar su uso obligatorio, de hecho yo no me la voy a quitar. Creo que es pronto porque, esperemos que no, pero puede que suban los contagios», comenta. «Me parece quizás demasiado precipitado. Yo no me la voy a quitar, desde luego», coincide José Miguel Mohedano, de 73.

El Real Decreto que se publicará en el BOE no afecta a las indicaciones sobre el uso de la mascarilla en espacios cerrados, donde seguirá siendo obligatoria. «Esa es una cosa que temo, que el mismo día que nos permitan no llevarla en exteriores haya gente que se relaje en interiores, que no la lleve en el metro», señala Néstor García, de 20 años, quien espera «que la gente cumpla».

Igualmente preocupados por que esa relajación pueda producirse, son varios los expertos que están alertando de que es «fundamental» asegurar que la protección sigue usándose correctamente en interiores porque «no estamos al final de la pandemia, sino en plena pandemia».

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Tráfico

Un Hombre Sube Al Avión Con Un Pavo Justificando Que Es Su Mayor Apoyo Emocional

noticias insolitasUn hombre logra viajar en compañía de su pavo, al ser considerado como su mayor «apoyo emocional». Su presencia ha sorprendido a los pasajeros de la aerolínea estadounidense Delta. La imágen tiene ya más de tres millones de visitas en internet.

La presencia del pavo en el vuelo de la compañía Delta, para sorpresa de la mayoría de sus pasajeros, estaba justificada como un «motivo personal». Su dueño, lo inscribió como animal de apoyo emocional.

En algunas compañías como esta, está permitido llevar animales dentro de la cabina siempre que esté justificado por preinscripción médica, como en este caso.

Según informa The Washington Post, «Delta cumple con la Ley de Acceso al Transporte Aéreo permitiendo a los clientes que viajan con animales de apoyo emocional o animales de servicio psiquiátrico para viajar sin cargos en la cabina», señaló un representante de la aerolínea.

Los profesionales médicos afirman que para que una mascota pase a ser considerada como «apoyo emocional», es necesario demostrar que es imprescindible para la salud mental del dueño.

El único requisito que debe cumplir la mascota para poder viajar en avión, es saber comportarse y no alterar el órden público. En este caso el pavo cumplía con todos los requisitos. Tanto que incluso viajó acomodado debajo del asiento de su dueño.

La imagen compartida en las redes sociales ha recibido ya más de tres millones de visitas.

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