El sorteo de la Bonoloto de este viernes ha dejado un acertante de primera categoría (6 aciertos) que se ha llevado el bote acumulado de 653.100,84 euros.
En concreto, el boleto ganador ha sido validado en un despacho receptor de la localidad de Almadén (Ciudad Real), ubicado en la calle Ramón y Cajal, 31.
Asimismo, en la segunda categoría (5 aciertos + complementario) ha habido un total de seis boletos acertantes, que han ganado un premio de 30.986,49 euros cada uno, según ha informado Loterías y Apuestas del Estado en un comunicado.
Los seis boletos ganadores han sido validados en administraciones de Loterías de las localidades de Málaga, Alcalá (Santa Cruz de Tenerife), Valencia, Madrid, Murcia y la ciudad autónoma de Ceuta.
El sorteo de la Bonoloto, que se celebra de lunes a sábados, es el más económico de los organizados por LAE, ya que las apuestas tienen un precio de 0,50 euros. Para jugar es necesario realizar, como mínimo, dos apuestas.
El sorteo de la Lotería Nacional celebrado este sábado ha llevado la suerte a un total de 14 provincias españolas, donde ha repartido las mayores cuantías de sus principales premios.
En concreto, el primer premio -dotado con 600.000 euros al número- se ha vendido íntegramente en Valencia, ha informado Loterías y Apuestas del Estado.
Por su parte, el segundo premio -de 120.000 euros al número-, ha estado mucho más repartido, entre 14 provincias en total, incluida la provincia de Valencia.
Los boletos ganadores se han vendido en las localidades de Caudete (Albacete), Berja (Almería), Langreo (Asturias), Molins de Rei (Barcelona), Los Ángeles (Cádiz), Prado del Rey (Cádiz), Valdepeñas (Ciudad Real), Vimianzo (A Coruña), Pollensa (Baleares), Bustarviejo (Madrid), Madrid, Parla, Viana (Navarra), O Carballiño (Ourense), Vilaboa (Pontevedra), Poris de Abona (Santa Cruz de Tenerife), Serra (Valencia) y Valencia.
El sorteo de la Lotería Nacional es uno de los juegos de azar que mejor acogida tienen en España. Se puede conseguir un décimo por 3 euros en el sorteo del jueves. Los sábados ordinarios el precio se incrementa hasta los 6 euros; los sábados especiales se cobra a 12 euros y hasta 15 o 20 los sorteos extraordinarios.
El sorteo de la Lotería Nacional celebrado este sábado ha llevado la suerte a un total de cuatro provincias españolas, donde han tocado los principales premios.
El primer premio, de 600.000 euros al número, ha estado repartido entre cuatro provincias, ha informado Loterías y Apuestas del Estado en un comunicado.
En concreto, los boletos ganadores se han vendido en administraciones de Lotería de las localidades de Albacete, L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Castro Riberas de Lea (Lugo) y Alboraya (Valencia).
Por otro lado, el segundo premio, dotado con 120.000 euros al número, ha tocado íntegramente en la provincia de Valencia, concretamente, en la localidad de Benetússer.
El sorteo de la Lotería Nacional es uno de los juegos de azar que mejor acogida tienen en España. Se puede conseguir un décimo por 3 euros en el sorteo del jueves. Los sábados ordinarios el precio se incrementa hasta los 6 euros; los sábados especiales se cobra a 12 euros y hasta 15 o 20 los sorteos extraordinarios.
Filomena es el nombre de la cebra nacida el 11 de enero en el Bioparc de València. En honor a la tempestad, llega el primer parto del año en el parque valenciano.
Filomena dejó un rastro de gélido caos. Carreteras cortadas, árboles caídos o accidentes de tráfico se incluyen en la amplia lista de destrozos ocasionados por la borrasca. Efectos que todavía se notan en las comunidades autónomas más afectadas. Sin embargo, entre incidencias se cuela alguna nueva más agradable.
La madrugada del lunes 11 de enero, una de las más frías de lo que llevamos de año, el Bioparc de València anunció su primer nacimiento del 2021. Se trata de una cebra. Una pequeña criatura parida por la cebra La Niña. El animal, nada más confirmarse que era una hembra, fue bautizado con el nombre de Filomena, en honor a la borrasca.
El parto transcurrió sin incidentes, aunque, ante las bajas temperaturas, se decidió mantener a la madre y su cría en los recintos interiores del parque. El motivo era asegurarse de que el joven mamífero se encontraba en buen estado de salud y con suficiente fuerza. Al ver que amamantaba bien y que el mercurio ascendía, la organización del Bioparc optó por dejar salir a las cebras al recinto exterior.
Filomena, la cebra, pertenece a la especie de Grant (Equus burchell iboehmi), que se encuentra en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La manada que habita en la sabana del parque está considerada como uno de los grupos reproductores de referencia de esta clase de animales. La forman el padre de Filomena, Zambé, procedente del Safari de Peaugres (Francia); su madre, llegada desde el Zoo de Halle (Alemania), y dos hembras, Lucy y Bom, traídas del Copenhagen Zoo (Dinamarca).
Un grupo que convive en el parque con rinocerontes, avestruces y marabús. Ahora, con un miembro más. Para el equipo del Bioparc de València el nacimiento de Filomena supone «una gran alegría y motivo de esperanza para 2021, ya que la vida se abrió paso a través de la tormenta». Además, recuerdan como curiosidad en este frío invierno que «existe una hipótesis que dice que bajo cada franja negra de una cebra existe una capa de grasa que puede calentarse cerca de 20 grados o más que las zonas blancas». La diferencia de temperatura entre las franjas generaría corrientes de aire con función termorreguladora. De ser así, Filomena contaría con una buena manera de combatir los efectos de aquella que le dio el nombre.
Los audios de Whatsapp de un niño de cuatro años evitan que su madre fallezca en el domicilio familiar, situado en Valencia, a causa de un accidente cerebrovascular. El pequeño intentó durante casi 8 horas pedir auxilio. La mujer, que está embarazada, sigue ingresada en estado muy grave.
Los niños y niñas del siglo XXI nacen con un móvil bajo el brazo. Su dominio de las nuevas tecnologías fascina, a la vez que asusta por su prematuridad. Sin embargo, en este caso, dichas habilidades evitaron un desenlace que podía haber sido fatal.
Los hechos ocurrieron el domingo 13 de diciembre en una vivienda del barrio marítimo de Valencia. Allí, una mujer embarazada se desvaneció sobre la una de la tarde. No tuvo tiempo para descolgar el teléfono en búsqueda de ayuda. En el domicilio, solo se encontraba con su hijo de cuatro años. Al ver a su madre inconsciente en el suelo, intentó dar la voz de alarma.
Trató de alertar a una profesora de su colegio. El pequeño logró mandar un par de letras sueltas y sin sentido, por lo que la maestra pensó que estaba jugando con el móvil de su madre. El niño siguió intentándolo durante casi ocho horas hasta que consiguió enviar varios audios a un familiar a través de Whatsapp.
Al recibir los mensajes de auxilio, los familiares del pequeño alertaron al 112. Una patrulla de la Policía Nacional fue la primera en llegar al domicilio, pero no pudieron entrar al estar la puerta cerrada con llave. Al poco llegaron los bomberos, quienes, tras intentar acceder a la vivienda por el balcón, tuvieron que forzar la puerta principal. En el interior se encontraba la mujer desmayada junto al niño.
Rápidamente, los sanitarios del SAMU estabilizaron a la mujer y la trasladaron al Hospital Clínico de Valencia. En el centro sanitario, ha tenido que ser intervenida de un accidente cerebrovascular. La mujer continúa ingresada en estado muy grave. No obstante, podría haber perdido la vida en su domicilio, si su hijo no hubiera utilizado su teléfono móvil.
A pesar de todo, el director general de Emergencias Sanitarias de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta las Emergencias de la Generalitat, Jorge Suárez, destaca a la Agencia Efe la importancia de que los menores conozcan números fáciles de memorizar para actuar en casos similares. Suárez indica la importancia de aprender el 112, el número de emergencias.
Algemesí se despertó a mediados de mes con un nuevo paso de cebra. La novedad no se comentaría más allá de los pocos vecinos que lo usasen si no fuera porque tiene un tamaño descomunal, de unos 30 metros. El Ayuntamiento de la localidad valenciana, de 27.300 habitantes, ha instalado la señalización viaria en una avenida cercana a la estación de ferrocarril, muy frecuentada por los vecinos que cada día van y vienen de Valencia en los trenes de cercanías, sobre todo a primera y a última hora de la jornada, aunque no ha habido que lamentar atropellos.
«Hacía falta un paso de cebra porque estaba mal señalizado, pero creo que es demasiado grande», comenta Ernesto Tortosa desde un taller mecánico cercano al paso. También considera que el nuevo paso de cebra está reduciendo la fluidez del tráfico. «A mí me parece bien: lo veo más seguro para pasar, porque vivo aquí y veía los problemas que había para pasar», apunta Miguel Sáez, que trabaja en la cafetería Exprés, en la misma avenida. De los clientes que critican la medida ha escuchado el argumento de que resulta «muy exagerada».
El cruce sustituye a otros dos pasos de peatones separados que ya había en la avenida, una ronda muy transitada también por los vehículos. Se han mantenido los semáforos del tramo afectado, pero ahora están siempre en ámbar. «Hemos dado a entender que los peatones tienen preferencia de paso en esa zona», señala la alcaldesa de la localidad, Marta Trenzano. La fluidez del tráfico, apunta, mejorará porque los coches no tendrán que detenerse salvo cuando crucen peatones.
La actuación ha tenido un coste de 12.000 euros, apunta la alcaldesa, e incluye una nueva zona de cruce sin obstáculos para los vecinos con movilidad reducida. La idea del gran paso de cebra la planteó el concejal de Seguridad Ciudadana, que la compartió con la policía local. La alcaldesa señala que los agentes «se sorprendieron, pero así se ha acordado; y siempre, si vemos que no funciona, se puede rectificar». Trenzano gobierna la localidad de la comarca de la Ribera Alta en coalición con IU y un concejal no adscrito.
El portavoz del PP en el Consistorio, José Javier Sanchís, se ha mostrado crítico con la medida, que cree que genera «caos circulatorio e inseguridad», si bien sí está de acuerdo con el nuevo paso rasante para las personas con movilidad reducida. «En esa zona confluyen varios cruces, regulados por semáforos que ahora están en ámbar intermitente, y eso causa confusión a los conductores, porque tienen que estar pendientes a todos los pasos de cebra de todos los cruces», lamenta. Sanchís cree que con instalar otro paso de peatones, de tamaño estándar, en una zona de paso que no estaba señalizada habría bastado para solucionar el problema. Esta le parece «una medida tomada más para que se hable de ella que efectiva en sí».
La alcaldesa socialista ha escuchado comentarios de sus vecinos, en su mayoría de sorpresa. «Dicen que [el paso] es muy llamativo o exagerado, pero los usuarios habituales del tren nos están diciendo que se sienten más seguros para cruzar». Comprende que la nueva señalización haya provocado extrañeza, pero cree que acostumbrarse a ella será una cuestión de tiempo. «Pasará como pasó con las primeras rotondas; no entendíamos nada», pone por ejemplo.